Crítica: You Should Have Left

Crítica: You Should Have Left

El guionista y director David Koepp vuelve a la dirección tras cinco años de su última película Mortdecai. Koepp, que empezó como director con un par de títulos bastante potentes como El Efecto Dominó y El Último Escalón, en la que ya trabajó con Bacon, no ha tenido en esta década mucho éxito con sus películas, y mucho me temo que esta You Should Have Left no va a cambiar eso.

En You Should Have Left nos encontramos con una pareja formada por Kevin Bacon y Amanda Seyfried, en la que él es un exitoso y rico hombre de mediana edad y ella es una actriz mucho más joven. Los celos y las inseguridades de él son evidentes en el día a día y hacen que la pareja no acabé de funcionar. Para arreglar la situación, deciden tomarse una vacaciones alquilando una moderna mansión aislada en Gales junto a su hija de 6 años.

Evidentemente, aquí entra en juego la manida casa encantada o maldita, y las pesadillas del personaje de Bacon que cada vez parecen tornarse más reales. Pero por mucho que la película intenta flirtear con el terror, yo al final no la calificaría como tal, tiene ambiciosas intenciones que pretenden ir mucho más allá, intenciones que de todas maneras se acaban quedando también en tierra de nadie y que tienen que ver con la culpa y un suceso del pasado del que nadie sabe la verdad y parece querer salir a la luz, aunque claro, van a marear la perdiz una cosa mala antes.

Con lo que no funciona ni como película de género y, ni como cine que busca ofrecer algo más profundo, misterioso y surrealista, tampoco consigue tener una coherencia ni un sentido más que escenas inconexas y sobrenaturales que se van alternando sin mucha gracia. A esto hay que sumarle que la pareja Bacon-Seyfried no acaba de funcionar en pantalla, él está correcto como suele estar siempre, también lo tiene más fácil, ya que el papel parece estar hecho a su medida y le permite lucirse más, pero ella está más sosa que de costumbre, lo cual ya es decir mucho.

You Should Have Left parte de una buena premisa, pero no está muy bien trabajada, lo que hace que al final quede todo un poco descafeinado y anodino, y Koepp, que escribe el guion que se basa en la novela de Daniel Kehlmann, que desconozco, no parece saber imprimirle al conjunto la fuerza suficiente para que llegue a ser algo más que una película para pasar el rato y olvidar después.

Puntuación
9out of 5

2.3

2.3 out of 5
Se deja ver

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