Más Allá de Sitges IX: Minor Premise
Minor Premise es un thriller de ciencia ficción de esos pequeños, que prácticamente la trama sucede en un pequeño espacio y con pocos actores, pero que tira de ingenio y de habilidad para explicarnos un caso complejo sobre identidades, sobre manipular el cerebro y sobre el ser humano.
El film se centra en Ethan, un joven que intenta seguir el legado de su padre trabajando en una máquina cuyo objetivo es la de poder captar recuerdos en la mente y llegar a reproducirlos de la manera más nítida posible. A Ethan le empiezan a apretar para una presentación urgente de sus procesos si no quiere ver como le cierran el grifo a su investigación. Así que la noche anterior a su presentación, llega a casa borracho y decide probar una nueva ecuación en la máquina que ha encontrado en un viejo cuaderno de su padre, con resultados devastadores.
La mente de Ethan se divide en 10 fragmentos, cada uno representa una parte de su personalidad, y solo están presentes durante 6 minutos, y al cabo de una hora, se vuelve a repetir el ciclo. Y es aquí cuando empieza un juego para arreglar este desaguisado, aunque habrá partes que lucharán por salir por encima de otras. Minor Premise nos plantea ante todo una interesante premisa con la que su director, primer largo de Eric Schultz, juega con acierto y explica muy bien, lo cual no es fácil, aunque también hay que decir que llega un momento en que llega a ser algo repetitivo antes de su desenlace.
Sathya Sridharan se deja la piel interpretando a Ethan, ha sido todo un descubrimiento y se nota como cambia sutilmente en cada una de las diez partes de su personalidad, en un film que nos muestra como cada uno de nosotros está formado por partes buenas y partes malas, y que son la suma de estas las que nos convierten en lo que somos, ya que Minor Premise plantea la posibilidad de alterar partes del cerebro para que podamos ser mejores personas, o aprender más rápido y ser más listos, con toda la carga ética que eso representa.
