Crítica: X

Ya se echaba de menos a Ti West, y más cuando demuestra con su último trabajo, titulado simplemente X, que está en más buena forma que nunca. Y es que menudo survival que nos ofrece, o slasher o como queráis llamarlo, que va mucho más allá de presentar a unos protagonistas random y unas muertes violentas como suele ser lo habitual, y es que el bueno de West viene a ofrecernos una serie de reflexiones que le dan a la película mucho más cuerpo y entereza, y que demuestra que el terror es capaz de ofrecer mucho más que sangre y gore.
X nos lleva hasta el año 1979 y nos presenta a un grupo de personas que se dirige a una remota granja para filmar una película para adultos. La granja es propiedad de unos extraños e inquietantes ancianos que alquilan una caseta sin saber que es para rodar una película. Ti West sitúa la acción en una época donde la industria de las cintas de video porno caseras está a punto de despegar, y el director se toma su tiempo en presentar a los personajes y la situación particular de cada uno, así que el que espere sangre de buenas a primeras tendrá que tener un poco de paciencia, ya que es importante para lo que nos quiere contar crear un buen contexto.
West empieza reflexionando sobre la libertad sexual, algo que parecía evidente conocida la historia y una vez empieza la película, pero no se queda solo en eso, sino que va más allá para hacer hincapié en el paso del tiempo y en las oportunidades perdidas, en la vida que nos ha tocado vivir y que no ha sido como queríamos que fuera, y en el deseo y la sexualidad perdida. Evidentemente, todo acaba como el rosario de la aurora en un tramo final que no está exento de casquería de la buena y de imágenes incómodas.
Queda claro que hay un homenaje a La Matanza de Texas, aunque lejos de quedarse en la superficie, como si fuera un remake cualquiera, West va un poco más lejos para tratar temas como los que os he mencionado, dándole una profundidad que lo sitúan muy por encima de la media de los slashers o survivals a los que estamos acostumbrados y que no tienen mucha chicha que rascar.
En un casting que funciona a la perfección como arquetipos del cine porno, hay que destacar a una impresionante Mia Goth que brilla por luz propia en cada escena, así como a Jenna Ortega, dos actrices que ojalá sigan adentrándose en el género ya que son dos actrices que tienen mucho potencial. Y la pareja de ancianos, capaces de ser escalofriantes y grotescos. West sale bastante airoso a la hora de mostrar el rodaje de esta película porno, no muestra demasiado pero tampoco se queda en algo mojigato y soso que se corta a la hora de mostrar el sexo.
West se marca una de sus mejores películas hasta la fecha y deja claro que es uno de los nombres más importantes del terror actual, firmando lo que posiblemente sea uno de los mejores films de terror del año, capaz de abrazar la serie B sin complejos y demostrando que se puede hacer algo con cara y ojos en un género tan explotado y en el que parece que se puede contar mucho.

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