Crítica: Ultraman: El Ascenso
Netflix demuestra una vez más que en la animación tiene una de sus mejores bazas, en los últimos años ha dado buena muestra de ellos, cada año tiene 2 o 3 proyectos que destacan, y esta Ultraman: El Ascenso, sin ser uno de sus más brillantes films de animación, desde luego que supone un buen entretenimiento de calidad que le vuelve a pasar la mano por la cara a unas cuantas películas de acción real de la plataforma.
Tras un pequeño prólogo que nos muestra a su protagonista, Ken Sato, de niño junto a sus padres, el film salta 20 años y nos presenta ahora a un joven Sato que se ha convertido en estrella del béisbol en Norteamérica y que regresa a Japón tras la desaparición de su madre para recoger el manto de Ultraman. Sato lleva años sin hablarse con su padre y se ha convertido en un joven engreído y egoísta al cual no le hace ninguna gracia convertirse en Ultraman, pero accede por petición de su madre. Su vida dará un vuelco cuando se vea obligado a cuidar de una cría de Kaiju recién nacida y ha enfrentarse a la Fuerza de Defensa Kaiju que solo quiere acabar con todos los monstruos.
Hay que decir de entrada que la película obvia cualquier introducción al origen del héroe, no explica de donde sale ni que poderes tiene, quizás no hubiera estado mal un pequeño recordatorio para todo aquel que se acerque al personaje por vez primera, o incluso para los más pequeños que lo desconozcan. Ultraman: El Ascenso hace hincapié en temas comunes en los films de animación como la importancia de la familia, y sobre todo en la evolución de su personaje central, que aprende a dejar de lado su egocentrismo y arrogancia para tomar un camino de humildad y compañerismo al reencontrarse con un padre que nunca ha dejado de quererle y con el que vuelve a restablecer vínculos.
El diseño visual vuelve a ser deudor de esta animación tan en auge hoy día, con lo digital que se fusiona con los trazos 2D y las texturas, que no llega a niveles de originalidad como en los films de Spider-Man, precursores de esta moda, pero que se agradece ofrezca algo diferente a lo habitual. El film tiene espectaculares combates con Kaijus, con robots, en medio de la ciudad y en el mar, y con un humor bastante contenido que funciona bien ya que sabe cuando hay que ponerse seria y apostar por la acción.
Quizás esta Ultraman: El Ascenso esté un peldaño por debajo de otras cintas de animación de Netflix que han destacado como Nimona, Klaus o Los Mitchell por nombrar alguna así rápido, pero es una excelente película de animación para todas las edades y una muestra más de que la animación es un género a tener muy en cuenta y que rara vez nos suele decepcionar.
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