Crítica: The Devil All The Time

Crítica: The Devil All The Time

Antonio Campos dirige este film coral basado en la novela de Donald Ray Pollock que nos lleva hasta la América rural del sur de los años 50 y 60 realizando un relato crudo y conciso de la sociedad de esa época dominada por la religión y la ley del más fuerte, donde destaca sobre todo el gran reparto en el que cuesta destacar una actuación por encima de otra.

El relato toma como eje central el personaje de Tom Holland, Arvin Russell, desde que era un niño hasta convertirse en un adolescente, y nos presenta a un buen número de personajes que de una u otra manera acabarán afectando su historia. Se trata de un personaje marcado por un padre estricto y por una trágica historia que afectará su futuro. Holland realiza una actuación sobresaliente con un personaje complejo que hace que en ningún momento se vea afectado por tratarse del actor que hace de Peter Parker.

The Devil All The Time es una historia de vidas cruzadas en una época donde la religión es capaz de sacar lo mejor y lo peor de cada persona, donde se realizan actos violentos y crueles en su nombre sin ningún sentido y que lamentablemente parece que en ocasiones no la hemos dejado tan atrás como podríamos pensar. El film va enlazando historias en una red de familias que viven entre dos pequeños pueblos y que se verán abocadas a encontrarse en algún momento de sus vidas.

Campos realiza una soberbia dirección, elegante, clásica, y con una fotografía precisa capaz de transportarnos a aquella época y al medio rural que retrata. El director se ayuda de una voz en off que a veces descoloca, a veces quiere parecer graciosa, pero que en general no la veo necesaria, un recurso que quizás está un poco forzado.

De entre todas estas historias entrelazadas, quizás la que más me chirria es la de los personajes de Jason Clarke y Riley Keough, con una relación entre ellos de lo más peculiar y exagerada en sus motivaciones. Robert Pattison vuelve a realizar una gran actuación como reverendo con ocultas intenciones que se aprovecha de sus fieles, al igual que Bill Skarsgard como el padre de Arvin y Sebastian Stan como el policía corrupto. Pero como ya digo, el reparto está perfecto y es complicado quedarse con tan solo una actuación destacable, aunque vale la pena decir que hay algunos cuya participación merecía algo más.

El entramado de personajes y sus diversas historias están bien definidas y no hay problema en seguir el hilo de sus distintas tramas, a pesar de que haya algunas que nos lleguen a interesar más que otras. Sus más de dos horas de duración pueden hacerse un poco cuesta arriba, pero resulta necesaria al tener tantos personajes y tanto que contar en este denso relato que recalca la fragilidad del ser humano frente al fanatismo y la corrupción, y sobre todo la religión que utiliza como excusa para ejercer una violencia sin mesura en su nombre cuando deberia ser precisamente al revés.

Puntuación
14.5out of 5

3.7

3.7 out of 5
Merece la pena

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