Crítica: Stage Fright

Crítica: Stage Fright

El film de debut de Jerome Sable tiene todos los elementos de aquel corto llamado The Legend of Beaver Dam que le hicieron celebre, es decir, chavales de acampada, un asesino slasher y sobre todo música, mucha música. Queda claro entonces, y así lo dice una de las letras de las canciones claramente, “soy gay pero solo con los musicales”, que es una de las grandes pasiones de su director, y además por suerte, también lo es el terror.

Si algo es Stage Fright por encima del resto de cosas es una oda al género musical en particular y al terror más clásico. Todo empieza una noche con dos hermanos, Camilla y Buddy, que asisten al estreno dr una versión de El Fantasma de la Opera en donde su madre es la gran estrella. La función es todo un éxito, pero esa misma noche, su madre es asesinada por un misterioso enmascarado vestido igual que el personaje de la obra. Años más tarde, el productor de aquella obra, ahora venido a menos, dirige un campamento dedicado a los musicales donde trabajan los dos hermanos de cocineros. Este año se cumple el décimo aniversario del asesinato de la madre, y el campamento prepara una nueva versión de El Fantasma de la Opera. Camilla no podrá resistirse a presentarse para optar al papel principal de la obra, el mismo papel maldito que hizo en su día su madre.

Jerome Sable nos ofrece un buen musical repleto de buenas canciones y sencillas coreografías en donde la obra de El Fantasma de la Opera es el eje central de la trama por donde circulan sus protagonistas y en donde interpretan la mayoría de temas musicales. El film empieza de manera muy animada, presentando la situación y los diversos personajes, pero luego tiene un momento de bajón que es cuando se ensaya y se prepara la obra.

Por suerte, el acto final no tarda en aparecer, y es donde nos metemos de lleno en el slasher más típico y tópico, con todo lo que eso conlleva. El problema es que sabe a poco. Por un lado está poco explotado, tan solo es esta parte final en donde corre la sangre, y por otro lado no es muy complicado averiguar la identidad del asesino a poco que se use un poco la lógica. El tono de comedia que hasta ahora había impregnado el film, deja paso al drama y al terror, en donde es fácil encontrar referencias claras que van desde Viernes 13 por lo del campamento a un final que evoca a Carrie, sin que sea exactamente lo mismo, no voy a contaros como acaba el film.

Allie MacDonald es una de las claves del film, tanto por su belleza de penetrantes ojos azul claro como por su inestimable voz, una actriz a seguir muy de cerca. Como secundarios cabe destacar a una recuperada Minnie Driver como madre al principio del film y a un Meat Loaf poco reconocible como productor pero que en cuanto empieza a cantar sabes que es él

Stage Fright me parece un buen debut para Sable, quien además firma el guión y colabora en las canciones, dando así rienda suelta a sus pasiones, el musical y el terror, ya que el film funciona precisamente como eso, un claro homenaje. Ahora toca esperar y ver si el director opta por seguir por este camino o bien, lo que seria más lógico, tomar de nuevos. Por el momento, lo próximo que veremos de él será su segmento en The ABCs of Death 2 ¿Será musical?

merece la pena

 

 

stage fright poster 2


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