Crítica: Nine Miles Down
Nine Miles Down es un thriller de terror que nos mete dentro de una base en medio del desierto que ha perforado el agujero más profundo hasta la fecha, pero que de repente desaparecen todos sin que haya detalles de lo sucedido. Un guardia de seguridad es enviado al lugar para investigar, allí no hay nadie, hasta que descubre a una joven misteriosa ¿Formaba ella parte del grupo de científicos o es más bien una criatura que se ha liberado de las profundidades?
El film va a jugar con nosotros y con esta cuestión durante todo su metraje, llevándonos de manera tramposa por el camino de la duda hasta su final. Todo esto aderezado por un viaje a los infiernos y la paranoia de su protagonista, interpretado por el cachas y poco expresivo Adrian Paul, que siempre será recordado por la serie de Los Inmortales, y que hace aquí de guardia de seguridad que se ve sometido a los influjos de la preciosa joven que encuentra y a las dudas sobre quien o que puede ser.
Nine Miles Down nos ofrece una interesante propuesta inicial que se va desmoronando poco a poco con situaciones engañosas y que rozan el ridículo, como la escena de la cocina, que encima nos intentan justificar por delante de todo para que sigamos dudando del verdadero propósito de su protagonista femenina, una esplendida y guapísima Kate Naute, sin duda el mayor descubrimiento de la cinta y su mejor aliciente.
El film se va resolviendo en un estira y afloja entre ambos protagonistas, lo cual no es impedimento para colarnos una historia de atracción mutua y de amor que no hay por donde cogerla. Su director hace con el personaje de la chica lo que le viene en gana para crear confusión, a ratos es una inocente chica científica y a ratos es una perversa manipuladora.
Nine Miles Down es un viaje al interior de la locura que como tal acaba resultando cansino, Adrian Paul no tiene la fuerza como actor para transmitir semejante sensación, y lo mejor acaba siendo disfrutar de la presencia de Kate Naute y no comerse mucho la cabeza intentando resolver la pregunta que flota en el aire en la historia, ya que da la sensación de que el director lo va a resolver como le venga en gana sin tener reparo alguno en parecer coherente con lo contado anteriormente.
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