Crítica: Matrix Resurrections

Han pasado 20 años desde que salimos alucinados de una sala de cine haciendo movimientos imposibles y saltando por las paredes tras ver Matrix, una cinta que revolucionó el cine y que nos dejo flipados tanto por su estética visual como por sus impresionantes escenas de acción, como por su universo de máquinas y de realidad virtual. Y con la fiebre de nostalgia que nos asola, Matrix regresa este final de 2021 para devolvernos a Neo y a Trinity en una nueva aventura que ha creado no pocas expectativas.
La cuestión es si realmente ha merecido la pena este regreso, más cuando de entrada sus dos secuelas fueron en su día altamente cuestionadas, y la respuesta es que merece la pena a medias. Hay que reconocer que Resurrections se esfuerza en dar coherencia al regreso de sus protagonistas, eso y muchas explicaciones de por medio, nos devuelve a algunos secundarios y nos actualiza lo que ha pasado tras la anterior trilogía, lo cual no está nada mal como curiosidad y para volver a adentrarnos en este fascinante universo. Pero por otro lado, hay demasiadas cosas que se sienten muy forzadas, demasiada información en un intento de dotar al conjunto de una complejidad que tampoco es que sea muy necesaria, y sobre todo, se han dejado por el camino esa estética visual característica y escenas de acción que quiten el aliento.
Vayamos primero por lo positivo, y sin duda lo mejor de todo es volver a ver a Neo, o mejor dicho Thomas Anderson, de vuelta a una nueva realidad en la que Lana Wachowski, que esta vez dirige en solitario y que además también participa del guion, hace una estupenda inmersión de metacine que le sienta estupendamente bien. Una genial forma de encarar esta nueva secuela que tiene grandes momentos y diálogos. Hasta que nos adentramos en Matrix y es cuando todo se empieza a complicar y a tener altos y bajos.
Esta nueva Matrix Resurrections parece que reniega en parte a volver a utilizar la estética visual que marcó una época, y se convierte en una aburrida nueva versión en la que no hay nada que destaque visualmente. Las escenas de acción que antaño eran un referente, no solo quedan en entredicho dentro de la propia saga, es que cualquier buena película de acción de la última década le pasa la mano por la cara. Nos deja momentos en los que claramente se referencia a ella misma, en los movimientos de los personajes cuando pelean e incluso con algún plano directamente copiado, pero en general no hay ninguna escena de acción memorable, e incluso la escena final resulta insulsa y repetitiva.
A pesar de todo, Matrix Resurrections puede llegar a disfrutarse como curiosidad o como ejercicio de nostalgia, por llevarnos de nuevo a este universo, por su primera mitad y por recuperar a algunos de sus protagonistas, pero no pasa de ahí, resulta decepcionante en muchos aspectos si esperábamos volver a un Matrix visualmente impactante y verde, a lo que hay que sumar un desenlace facilón y muy poco atractivo, muy fan service, que tampoco ayuda mucho a tomársela en serio.

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Pues muy de acuerdo con tu crítica y parece que ha sido la sensación general con la película. Además, añadir que el personaje de Morfeo me parece totalmente desaprovechado (y tampoco se le da mucho sentido al hecho de que esté ahí).