by dragón negro | 24 enero, 2019 20:55
El peculiar director griego Yorgos Lanthimos ha conseguido que su último título haya sido aclamado por la crítica y esté formando parte de las nominaciones de los más prestigiosos premios de cine del año. Es curioso que se trate de su primera película que no ha contado con guión suyo, ni de su habitual colaborador Efthymis Filippou, y que sea además su película más contenida, en la que la realidad no queda tan distorsionada como en sus anteriores obras, aunque no por ello renuncia a mostrarnos ni en forma ni en estética alguna de las particularidades de su cine.
Lanthimos nos lleva hasta principios del siglo XVIII en Inglaterra, que está en plena guerra con Francia, para ofrecernos un drama, o una comedia según se mire, sobre la ambición y el ansia de poder. La Reina Anne ocupa el trono y se encuentra en un estado delicado tanto mental como físico, su gota la amarga constantemente y sus desvaríos y caprichos son más propios de una niña pequeña que de una adulta responsable. Su gran amiga Lady Sarah la ayuda con todo, incluso acaba siendo quien decide en su lugar en asuntos de Estado, como la guerra contra los franceses. Hasta que aparece Abigail, una dama caída en desgracia que llega pidiendo un trabajo a su prima Sarah, que la pone de sirvienta. Pero Abigail es mucho más inteligente y ambiciosa de lo que parece, y no tardará en ganarse el favor de la Reina.
La Favorita nos muestra la decadencia y la parte más vulgar y oscura del ser humano en múltiples facetas, pero a la vez su más real y autentica cara. A través de intrigas y complots, de mentiras y de traiciones, Abigail va escalando posiciones en su estatus en detrimento de Lady Sarah, que cada vez se encuentra más ocupada en labores de Estado. Lanthimos nos muestra como las dos rivales no dudan en usar de todas sus artimañas y en valerse del sexo para conseguir sus propósitos, una encarnizada lucha que al final nos mostrará cómo ni la que ha ganado, ha ganado tanto, ni la que ha perdido, ha perdido tanto, un contrapunto que deja claro que las expectativas de cada una no son las que esperaban.
Si en algo destaca La Favorita es sin dudarlo en su trío protagonista, tanto Oliva Colman, como Rachel Weisz, como Emma Stone están sublimes en sus respectivos roles, y tienen buena culpa del éxito de la propuesta. Lanthimos rueda el film de manera muy personal, abusando del ojo de pez y de interiores con poca iluminación, muchas veces tan solo hay velas, lo que ayuda a crear esa sensación de espacio cerrado y de microcosmos lejos de la guerra y de los problemas del pueblo, sobre los cuales además se encargan de decidir, así funciona la política, por intereses personales.
Siendo una gran película, quizás no le vea el que sea para tanto como se está hablando de ella, como digo, es la propuesta menos personal de su director y menos atrevida, del cual me sigo quedando con Langosta, aunque quizás haya sido eso mismo lo que la hace más accesible a un mayor público.
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