Crítica: La Casa del Fin de los Tiempos
Ahora que ya vamos acabando el año, aun queda tiempo para llevarnos alguna que otra sorpresa aun cuando pensemos que a estas alturas ya está casi todo visto, y La Casa del Fin de los Tiempos es a la vez una grata sorpresa y un gran descubrimiento que nos llega desde un lugar tan insospechado como es Venezuela.
La Casa del Fin de los Tiempos empieza con una madre tendida en el suelo, no sabemos lo que ha pasado pero apunta a que algo terrible ha sucedido. No tarda en encontrar a su marido muerto y su hijo acaba desapareciendo en extrañas circunstancias. Lo siguiente que vemos es a la mujer acusada del asesinato y encerrada en la cárcel. 30 años más tarde, sale de la cárcel para volver a la casa donde todo sucedió, una casa maldita que aun tiene secretos que esclarecer.
No voy a contar nada más sobre la película, ya que su mayor gracia es ir descubriendo un guión que cuadra a la perfección, en donde no hay prácticamente nada gratuito. Alejandro Hidalgo, director y guionista del film, no deja nada al azar, no hay escenas de apariciones para crear tensión ni para rellenar como ocurre en la gran mayoría de films de terror, sino que todo tiene un propósito y una explicación, solo hay que tener paciencia y esperar a su demoledor final para que todo encaje.
Hidalgo le otorga al film un tono muy clásico, gótico, donde la casa es otro protagonista más con vida propia, con un ritmo pausado pero que en ningún momento se hace pesado y que nos prepara con calma para la tormenta de emociones que está por llegar.
Hay que decir que la actuación de los actores acaba siendo algo más parecido a cine amateur que a otra cosa, en algunas ocasiones se notan muy limitados, pero esto también llega a formar parte de su encanto y de su frescura.
La Casa del Fin de los Tiempos es un gran film de terror y de suspense, que además está resuelta de manera muy original y escondiendo alguna que otra sorpresa. El cine latinoamericano este año me ha sorprendido gratamente, y eso que en Sitges me quedé con ganas de ver más cosas, pero desde luego que cada vez hay que tener más en cuenta el cine de género que nos llega desde allí.
