Crítica: Interceptor
Lo bueno de ponerte a ver una película que ya sabes que tiene mala pinta es que al menos no te decepcionas, y en este caso, Interceptor, cumple con todas las expectativas, es decir, es mala con ganas, pero por lo menos no es un desastre absoluto y he de reconocer que me lo he pasado bastante bien y que me ha recordado a esas películas malas de acción de los 90 de Steven Seagal, Van Damme, Stallone y compañía, cuando enfrentarse a una amenaza nuclear era lo más.
Elsa Pataky se apunta a la tendencia de mujeres de acción en esta cinta en la que es la absoluta protagonista, y en la que de paso deja claro que como actriz es bastante limitada. Aquí es una capitana del ejercito estadounidense que se a visto relegada a una base militar en medio del Océano Pacífico donde nadie quiere estar. Es una base de interceptores, misiles encargados de interponerse en caso de ataque. Nada más llegar a la base, se produce un ataque coordinado con otros sucesos que pondrán en peligro a todo los Estados Unidos.
Plagada de tópicos, con un malo muy malo que ha urdido un terrible plan de esos imposibles y exagerados, un plan tan loco y demente que puede poner al mundo al borde del apocalipsis, un malo de esos que disfruta explicando su plan y mostrándose al mundo, y que tiene una banda de secuaces a cual más prescindible, e incluso el típico bocachancla racista y machista que no para de hablar y soltar estupideces. Y claro, nuestra sufrida heroína, capaz de salvar el mundo aunque sea con un solo brazo y que tiene unas lineas de guion que cada vez que suelta una frase lapidaria uno no puede evitar sonrojarse y apartar la mirada de la pantalla sin saber si reírse o ponerse a llorar.
Tiene guasa que prácticamente toda la acción se desarrolle en una pequeña sala de control, algo que hace que al principio hace que la cosa parezca encallada y que tan solo avance a base de diálogos chorras, por suerte el guion va dando los suficientes giros para que la historia se vuelva mínimamente interesante. A todo eso hay que sumarle la reivindicación feminista de brocha gorda tan explícita y facilona, no se han estrujado mucho los sesos con la cuestión, lo que no quita por desgracia que bien sea algo bastante habitual, pero la verdad es que no se han complicado mucho la vida con el tema. Y ya de paso tocamos el tema político y racista, que eso siempre queda bien. También tenemos a cierto productor del film haciendo un cameo que tiene su gracia, pero ese cameo acaba apareciendo tantas veces que al final se hace hasta pesado.
Interceptor es una película de acción mala, no hay que negar la evidencia, pero algunas coreografías de pelea no están del todo mal, he visto cosas mucho peores, y la trama es tan loca, los diálogos tan pésimos y la Pataky suelta de vez en cuando frases tan chorras con esa mirada desafiante y chulesca tan impostada que tiene todo un punto de gracia que no le voy a negar si uno está dispuesto a dejarse llevar.
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