Una mujer sordomuda vive en una cabaña aislada en medio del bosque donde escribe su segunda novela. Allí tan solo recibe las visitas de su vecina, hasta que una noche aparece un extraño en su casa que empieza a acosarla. Este es el punto de partida de Hush, que nos propone un evidente juego del gato y el ratón que Mike Flanagan, tras el éxito de Oculus y aun pendiente de que veamos su anterior film de terror Before I Wake, resuelve de manera muy solvente.
El placer por la caza, acechar a la presa indefensa, disfrutar con su sufrimiento, Flanagan nos presenta a un asesino al que le gusta jugar con sus víctimas, y que esta sea sordomuda hace que se cree una tensión extra al ya manido argumento de invasión en el hogar que le viene muy bien al film. Hush es sencilla, tan solo cuatro personajes aparecen y dos de ellos no demasiado, todo queda en manos del asesino y de su víctima, pero Flanagan va introduciendo elementos y giros para hacer que la trama no decaiga ni de la sensación de que se alarga en exceso, algo que consigue ir sorteando con acierto, eso y que la película dura poco.
Unos actores solventes, un John Gallagher Jr. que compone un asesino de lo más normal, que no tiene pinta de ser un maniaco ni un loco desquiciado, sino un paciente y metódico joven al que le gusta jugar a ver a su víctima sufrir y con predilección por las ballestas, y una Kate Siegel muy expresiva a la que no le hace falta decir una sola palabra para comunicar y hacer que suframos y luchemos con ella.
La película no da para mucho más, pero es que tampoco es necesario, si se hacen bien las cosas con un argumento sencillo no hay que complicarse la vida. Si tenemos un buen guión en donde no haya un exceso de incoherencias ni los personajes hagan cosas estúpidas todo funciona bien, y Hush funciona muy bien a pesar de sus limitaciones.