Crítica: Blood Red Sky

Crítica: Blood Red Sky

Netflix estrena la cinta alemana Blood Red Sky, un film que mezcla el subgenero de secuestro de aviones aderezado con el género vampírico, presentándonos a Nadja, una madre que tiene que viajar a Nueva York para un tratamiento en su sangre, y que tiene problemas con la luz, aunque lo que ya sabemos todos es que se trata de una vampiro que reprime sus impulsos a base de medicamentos y gracias a su hijo, que es un niño de lo más espabilado e inteligente.

En pleno vuelo, el avión es secuestrado por un grupo de hombres, y cuando la cosa se complique y la vida de su hijo esté en peligro, Nadja tendrá que dar rienda suelta a sus instintos más salvajes y a su sed de sangre para salvarlo, haciendo lo que sea necesario. Y es cuando vemos como se empieza a transformar, un cambio que no solo será físico, sino mental, ya que cada vez le va a costar más trabajo reprimir sus impulsos y su sed de sangre.

Hay que reconocer que lo que a priori tenia pinta de ser una serie B con la que no las tenia todas, acaba siendo un film mucho mejor de lo cabía esperar que funciona bien en su faceta de thriller de secuestro de aviones, y sobretodo lo hace muy bien desarrollando la trama de los vampiros, incluso los flashbacks, que al principio parecen un tanto de relleno, acaban siendo clave para comprender el tramo final. Y sus dos horas de duración, que podían parecer de entrada excesivas, no acaban pesando tanto, ya que el film sabe trabajar bien la trama y en todo momento mantiene el interés en su historia dentro de este espacio cerrado que es el avión con el que juega de manera excelente.

Pari Baumeister se deja la piel en su papel y es realmente el gran acierto del film, tanto por su transformación física como por la fuerza y garra que le pone al personaje, capaz de ser terrorífica y tierna a la vez. La relación con su hijo es el punto fuerte, a pesar de que el niño en algunos momentos se pase de listillo e incluso roce peligrosamente el llegar a ser repelente. El resto de personajes no pasan de ser tópicos, los terroristas muy malos y sin escrúpulos, uno en concreto exageradamente pasado de vueltas, y entre los pasajeros nos encontramos con el típico personaje egoísta y borde, que no pinta gran cosa, y el que se hace amigo del niño, que al menos es de los más sensatos.

Blood Red Sky nos presenta a unos vampiros salvajes y de instinto animal, que ya hemos visto otras veces, no hay nada nuevo aquí, lo que importa es la relación madre-hijo, y como esta ha sido durante años capaz de superar sus instintos gracias a él, y como en esta situación extrema, es capaz de dejarse ir para protegerlo. El film juega con sus reglas y nos va ofreciendo cada vez más sangre y más violencia hasta llegar a un apoteósico final donde todo se va de madre.

Puntuación
14out of 5

3.6

3.6 out of 5
Merece la pena

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