Crítica: Approaching the Unknown

Approaching the Unknown tiene cosas bastante distintas a Marte, la película de Ridley Scott, pero está claro que aprovecha el tirón de esta y sus varias similitudes para hacerse un hueco en el panorama cinéfilo del directo a DVD. Y sus similitudes empiezan por tratarse de una misión a Marte y porque tendremos a un hombre solo enfrentándose a los problemas que pueda dar la misión. Tampoco es la primera película que tenemos con un hombre solo en una nave espacial, podríamos meter a Gravity en este lote y ahora me viene a la memoria una cinta de hace unos 5-6 años vista en Sitges llamada Love.
De entrada me choca bastante que no se les ocurra otra cosa que enviar a un hombre solo a Marte a bordo de una nave, creo que seguramente hay mejores opciones, pero bueno, digamos que entramos en el juego que nos propone. Evidentemente, un viaje tan largo no va a estar exento de problemas, y aquí es donde debería el film de optar por el ingenio y la inventiva, ya que queda claro que el presupuesto es mucho más ajustado que la película protagonizada por Matt Damon.
Y no empieza mal la cosa, el planteamiento funciona y es coherente, y además se aprovecha para usar tecnología bastante retro para suplir la falta de presupuesto, eso ahora está muy de moda y queda la mar de bien. Pero cuanto tienes entre manos una película con un solo protagonista hay que planificar muy bien la acción y los planos, y Approaching the Unknown acaba cayendo en lo peor que le puede pasar en una film de estas características, que aburre y se hace largo. Me sobran los montones de planos del espacio y de las coloridas nebulosas mientras el protagonista se debate entre acabar su misión.
Mark Strong hace todo lo que puede por aguantar el peso del film sobre sus hombros, y en parte lo consigue, pero la segunda mitad del film se hace muy pesada porque no avanza, se encalla en lo mismo una y otra vez optando por meternos un rollo filosófico que no encaja con lo que esperamos de buen principio, y claro, la mezcla se acaba haciendo muy complicada de digerir.
Mark Elijah Rosenberg debuta con este film como guionista y como director, y su mayor problema no es que comparemos su obra con la reciente Marte, es que la película no encuentra su tono a pesar de tener buenas ideas, con un contraste entre su primera mitad y la segunda que no encaja y que consigue que acabemos aburriéndonos y desconectando, deseando que se acabe ya de una vez.
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